LA CALIDAD
Cuando adquieres un producto para tus hijos, por ejemplo un par de zapatos, ¿Cuál de estos dos criterios comerciales sueles usar?:
Que sean de buena calidad aunque sean caros.
Que sean baratos aunque sean de mala calidad.
La mayoría de las personas a las que les hago esta pregunta manifiestan que usan la primera opción, pero a la hora de evaluar la calidad de tiempo, la calidad de atención, la calidad de acompañamiento académico, la calidad de ejemplo, la calidad de afecto y la calidad del ambiente que le ofrecen a sus hijos en el hogar, parece que aplican más el segundo criterio.
Es natural que la calidad tiene sus costos, y si deseamos ofrecerles a nuestros hijos hogares de buena calidad, es necesario que invirtamos, autoridad, presencia, atención, disciplina, comprensión y amor de la mejor calidad si queremos que sean personas trascendentes en la vida.